La felicidad es un estado de ánimo subjetivo que se obtiene al alcanzar ciertas metas.
La parte buena, es que las metas te las pones tú; la mala, que las pongas demasiado altas,que te impongas las de otro o que dejes que otros te las impongan.
Te marcas metas fáciles,las alcanzas y ¡a disfrutar!; te pones otras igualmente alcanzables y a por ellas. Pero que te requieran tan poco esfuerzo que puedas seguir disfrutando de las que ya has logrado.
¿Falta de ambición?. ¿Mediocridad?...créeme, un tipo feliz estas etiquetas se las pasa por el forro. Está demasiado ocupado disfrutando de su momento para escuchar a los que quieren enseñarte donde situar tu meta (siempre gente infeliz).
Muy pocos tienen un Ferrari y tiempo libre para disfrutarlo; más los que tienen el Ferrari y no lo pueden disfrutar; aún más los que tienen un buen coche, pero no lo disfrutan por que su felicidad es tener un Ferrari; muchísimos más los que tienen un buen coche, pero no lo disfrutan por que esta por encima de sus posibilidades y además, lo que envidian es tener un Ferrari....¡coño, disfruta de tu utilitario!.
Si te gusta pescar y tu única meta es una lubina de 8 kilos, acabarás por aborrecer la pesca. Si vas a disfrutar del mar, de los compañeros o de la soledad, de ver amanecer o atardecer, disfrutaras de tu afición...y puede que algún día, claves esa lubina gigante. O no. ¿Realmente importa?. ¿Para que coño quería yo una lubina que no me cabe en el horno?.
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