"Entre 75.000 millones y 100.000 millones de euros. En esta horquilla se sitúa el importe de aquellos créditos concedidos por la banca al sector inmobiliario garantizados por activos categorizados como tóxicos, de imposible salida en el mercado".
Esta cantidad es la que, como mínimo, se han embolsado de forma nada ética los bancos, inmobiliarias y promotores especulando sin ningún freno y con ayuda de las empresas oficiales de tasación y el silencio y pasividad de los políticos (que algo les habrá tocado en el reparto del botín) con un derecho fundamental como es el de la vivienda. En realidad es mucho mayor, pero aún ha de pasar tiempo para que se pueda destapar toda la verdad.
"Ante la imposibilidad de que los promotores puedan devolver los préstamos asociados a estos bienes ilíquidos y devaluados, fundamentalmente parcelas de suelo, el presidente de la Asociación Hipotecaria de España (AHE), Santos González, ha propuesto al Gobierno y al Banco de España el impulso de medidas destinadas a que las entidades financieras puedan sacar esos activos de balance, eliminando la espada de Damocles que pesa sobre la solvencia del sistema financiero español".
Cuando el sector no a podido aguantar esa sangría y ha muerto, los mismos que se lo han cargado, los mismos que tienen esos miles de millones de euros repartidos y guardados a buen recaudo, piden las ayudas pero no para arreglar lo que han jodido, sino para poder seguir ganando.
"El sector inmobiliario ha dado la bienvenida a la propuesta de la AHE. Más allá de incidir en las consecuencias positivas que ocasionaría, tanto en términos de solvencia del sector financiero como de normalización del flujo crediticio a la economía española, la industria del ladrillo encuentra ventajas endógenas en la iniciativa".
La traducción de este párrafo tan ilustrado, es que están contentos de la ostia de que con el dinero de otros les vuelvan a poner en pleno rendimiento la teta de la vaca para que puedan seguir chupando.
"La creación de un banco malo eliminaría del balance de los bancos y cajas el producto que está distorsionando el sector inmobiliario. Hay varias entidades financieras que están realizando una competencia desleal a las inmobiliarias, ofertando mucho producto malo con fuertes descuentos teóricos que luego no son tales. Estas entidades hacen mucho ruido y están perjudicando al sector", señalan, bajo el anonimato, fuentes representantivas del sector inmobiliario cotizado".
Esto más o menos quiere decir que han entrado en la fase de "SALVESE QUIEN PUEDA" y que han empezado a gastarse putadas entre ellos. Que los más grandes se comen a los más chicos y que eso es peligroso, no vaya a ser que alguno de los chicos decida no palmar en solitario y tire de la manta.
"La creación de un banco tóxico con activos de entre 75.000 millones y 100.000 millones de euros implicaría, según los primeros cálculos del sector, unas necesidades de dotación de entre 40.000 millones y 50.000 millones de euros, en buena parte procedentes de recursos públicos".
Y aquí lanzan la sonda a los políticos; con unos 50.000.000.000€ para empezar, se podrían apaciguar los ánimos. Por supuesto, ese dinero sale de nuestros bolsillos, de los mismos que han dejado con pelusilla.
"Una socialización de las pérdidas, en definitiva, a la que ayer rápidamente se opusieron tanto la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, como el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Salgado dejó bien claro que el Gobierno no tiene pensado poner en marcha medidas de rescate para los promotores inmobiliarios. "Desde luego no está previsto", sentenció Salgado, al ser consultada por la petición formulada por Santos González".
Ya se sabe que cuando un político niega rápida y vehementemente a algo que puede ser socialmente mal aceptado, en realidad lo que esta diciendo es "no te preocupes que en cuanto vea como hacerlo sin que se mosquee el populacho, te lo miro". Ya pasó cuando reconocieron la crisis que no existía regalando millones a la banca sin ningún tipo de control y permitiendo primas millonarias entre los mismos directivos que colaboraron en la catástrofe.
"En la misma línea se posicionó el gobernador del Banco de España. Fernández Ordóñez abogó por la búsqueda de una solución conjunta entre las entidades financieras y los promotores al problema de la deuda del sector inmobiliario, porque "las soluciones globales de pasarle todo al Estado y al contribuyente no son buenas".
Vamos, que al final el que pagará es el contribuyente. Como siempre.
No van a pasar muchos meses para que veamos como salen de nuestros bolsillos los miles de millones de euros necesarios para que estos chorizos puedan seguir chorizando. Y si no, al tiempo.
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