El primer ministro marroquí, Abbas el Fassi, un morete de mierda, se permite calificar el libre desplazamiento de un ciudadano español por suelo español como "un ataque manifiesto a la dignidad y al sentimiento nacional".
Rajoy, por muy pasmao que sea, no deja de ser un ciudadano español y Melilla, por mucho que se empeñen los moros, es española.
Los únicos ataques a la dignidad que sufren los marroquíes, les llega desde sus propios gobernantes.
La falta de firmeza de los nuestros solo consigue acrecentar el racismo e identificación con posturas mucho más radicalizadas que las que aceptaríamos en condiciones normales.
Si la diplomacia actuase con un criterio firme y cortase de una vez la impunidad con que se nos pitorrean esos infrahumanos, solo llamaríamos moros de mierda a los que realmente lo son y no a todos.
Las posturas progresistas de brazos abiertos, tolerancia y respeto no son válidas con quienes no tienen los mismos principios; en España pretenden que nos abramos de brazos...y de piernas.
La mezcla de culturas no enriquece, el conocimiento de culturas sí; no podemos meter en un puchero todo lo que se nos ocurra y esperar que salga bueno el cocido. Si queremos comer bien, cada cosa cocinada en su utensilio y servida en su plato.
El que quiera enriquecerse con la cultura Marroquí, que se vaya de viaje a Marruecos y se empape. Y si no puede viajar pues a dotorear por Internet. Y esto vale para todos.
Pero el que venga a España, que respete nuestras costumbres y se adapte a ellas lo mismo que cuando vamos nosotros a su País nos debemos de adaptar a las suyas.
Empecemos ha dejar las cosas claras y a exigir respeto.
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