jueves, 17 de febrero de 2011

NUEVA LEY DE ECONOMÍA SOSTENIBLE; QUE DIOS NOS COJA CONFESADOS

Una vez más, nuestros políticos evidencian lo que ocurre cuando se ponen a mingunear en cosas sobre las que no tienen ni puta idea (es decir, casi siempre).

Para estas sanguijuelas públicas, el equilibrio de la balanza es un concepto abstracto y carente de importancia. Su motivación es tan simple como su inteligencia; dan a quien les tiene cogidos en ese momento por los huevos. El hecho de que ha renglón seguido la otra parte sea su nuevo grillete testicular, entrando en un bucle infinito de "te doy-te quito" o "que alivio-que dolor", parece no preocuparles en demasía. ¿Será que su memoria es tan escasa como sus neuronas?

La aprobación, el pasado martes, de una disposición adicional a la Ley de Economía Sostenible, que modifica las relaciones contractuales entre las marcas y los distribuidores, amenaza con provocar una verdadera guerra entre fabricantes y concesionarios. La Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y la patronal de las marcas importadoras (Aniacam) son las grandes perjudicada por el apretón de huevos dado al gobierno por parte de la patronal de los concesionarios (Faconauto).

En definitiva, ha sido una extraña forma de compensar la caótica forma en que se han gestionado los fondos para levantar el sector en forma de PLAN RENOVE, que apunto han estado de rematar a los concesionarios en lugar de ayudarlos.

No voy a entrar en los detalles de esta disposición porque son un coñazo y además, al que le interese, le resultará muy fácil encontrarlos con el buscador.

Lo grave es que los que ahora celebran, pronto se lamentarán y viceversa. A estos parásitos del dinero público (el de todos) les falta conocimiento para tomar decisiones equilibradas; nos van a tener dando bandazos mientras sigan ahí. Ya se sabe, "a río revuelto...".

El problema es que toda esta indecisión, todos estos cambios de rumbo, generan una desconfianza y una incertidumbre que no hacen ningún bien al conjunto.

Y el otro problema, más importante si cabe, es que en estos chanchullos, han participado todos los partidos políticos. Vamos, que venga el que venga, vamos a tener más de lo mismo.

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